En el estudio de la geohistoria ambiental y paisajística de las regiones y lugares, las técnicas paleoecológicas alcanzan todo su sentido cuando son combinadas, tal y como demuestran los análisis palinológicos junto a los pedoantracológicos. En primer lugar, porque unas minimizan las carencias de otras y ayudan a completar los marcos generales, así como a precisar en escalas locales. Además, porque unas permiten corregir o corroborar los resultados y las interpretaciones de las otras. Desde la perspectiva geográfica, cobra mayor relevancia aún compaginarlas con métodos propios de las ciencias sociales y la historiografía, como el estudio de las fuentes documentales y la toponimia. Efectivamente, la unión de técnicas de investigación paleoecológicas y humanísticas ha dado muy buenos resultados en espacios de montaña europeos de paisajes construidos desde la prehistoria, como los Pirineos y la cordillera Cantábrica. Por ejemplo, Carracedo et al. (2017) pusieron de manifiesto la utilidad de armonizar técnicas de las Ciencias de la Tierra y de la Naturaleza con las propias de las Humanidades y de las Ciencias Sociales para el conocimiento profundo de los incendios forestales. Así adoptaron técnicas como el análisis de los carbones sedimentarios, del polen, de macrorrestos vegetales, del contenido de materia orgánica, la sedimentología de depósitos, etc., con estudios de fuentes documentales, bases de datos climáticas y testimonios orales. Recientemente, los estudios pedoantracológicos, por definición de escala local, en lugares señalados por la fitotoponimia y el conocimiento tradicional, están sirviendo para completar el conocimiento de la evolución paisajística y paleoecológica generado por otras técnicas.
Salvador Beato Bergua (1), Raquel Cunill Artigas (2), José Luis Marino Alfonso (1), Miguel Ángel Poblete Piedrabuena (1), Carmen Rodríguez Pérez (1)
(1) Departamento de Geografía, Universidad de Oviedo. (2) Departamento de Geografía, Universidad Autónoma de Barcelona
ID Abstract: 671